La nueva forma de trabajar vs la vieja forma de trabajar

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Hace poco tuvimos la ocasión de compartir una hora de Webinar con David Blay, periodista freelance que se ha lanzado a escribir un libro sobre la nueva forma de trabajar: "Por qué no nos dejan trabajar desde casa". Se trata de un libro repleto de consejos hacia los profesionales independientes que deciden trabajar desde su propio domicilio, pero también es un análisis de la vieja forma de trabajar (esa a la que todos estábamos acostumbrados) en contraposición con la nueva forma de trabajar basada en el empleo freelance. El texto y la charla de Blay nos han animado a tratar este tema en profundidad. Nos hemos dado cuenta de que hablamos mucho de la nueva forma de trabajar pero hemos dedicado pocas líneas a analizar la vieja forma de trabajar. Dicen que un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla. Como  no queremos que eso ocurra, nos hemos puesto manos a la obra para redactar este post.

La vieja forma de trabajar

 viejaforma Cuando pienso en la vieja forma de trabajar me vienen a la cabeza imágenes de oficinas repletas de gente que empieza la jornada laboral estresada porque se ha tenido que levantar a las 6 o 7 de la mañana, ha preparado el desayuno, se ha duchado, maquillado/afeitado, vestido y se ha metido en un atasco, en el metro o en el tren de turno para llegar a una oficina que queda a más de una hora de trayecto de su casa (sobre todo en hora punta). Total ¿para qué? si se ha sentado en su mesa y ha encendido un ordenador, uno idéntico al que tiene en casa. La vieja forma de trabajar tenía sentido hace 20 años, cuando  permanecer en una oficina era indispensable para realizar tus tareas diarias pero hoy pocos trabajos precisan algo más que un ordenador y un teléfono móvil para ser realizados. Claro que los hay (sin ir más lejos la hostelería o cualquier negocio "tradicional") pero eso no quiere decir que no se puedan adaptar a la nueva forma de trabajar. Por que la nueva forma de trabajar no es sólo trabajar desde tu casa, es mucho más, pero eso lo iremos descubriendo poco a poco. Como prometí al principio de este post, debemos conocer el pasado para no volver a repetirlo. Por eso vamos a analizar los principales problemas de la vieja forma de trabajar:

Obligación de acudir a la oficina

Si no estás en la oficina, no estás trabajando. Eso era indiscutible, estarías tomando un café y poniendo verde al jefe, haciendo la compra o quizá te habrías escapado para acudir al banco pero trabajando no estabas. Nadie concebía que pudieras trabajar desde otro sitio que no fuera tu mesa pero ¿Por qué? si podemos hacer lo mismo en casa o en una biblioteca, en una cafetería o en cualquier sitio que cuente con acceso wifi y un enchufe. Recuerdo una vez, trabajando en una redacción tradicional tuve que ir a urgencias porque me encontraba francamente mal, el diagnóstico no fue grave pero aún así mi malestar persistía. Lo último que me apetecía era volver al trabajo pero tenía pendiente un artículo que saldría al día siguiente. Recuerdo la voz de sorpresa de mi superior cuando le llamé para decirle que estaba enferma y acabaría mi tarea en casa. En ese momento, empecé a pensar cada vez más en la idea del trabajo remoto. Por las mañanas acudía a ruedas de prensa, generalmente en el centro de la ciudad y cuando acaba prácticamente quedaban una o dos horas para comer ¿Por qué debía coger el coche y desplazarme a las afueras si  mi apartamento estaba a un par de pasos y además en casa podía hacer lo mismo que en la redacción? En casa sería más productiva, no perdería tiempo y sería más feliz. Definitivamente, la vieja forma de trabajar no tenía sentido para mi. [Tweet "Los horarios rígidos y la obligación de acudir a una oficina son lastres para la productividad"]

Horarios fijos

En la vieja forma de trabajar debes cumplirlos a rajatabla, si no lo haces puede ser motivo de despido. Da igual que tus hijos entren a las 9.00 en el colegio o que odies trabajar por la mañana porque no eres persona hasta las 11.00. A las 8.00 debes estar sentado en tu silla, sin rechistar. Si trabajas mejor de 12 de la noche a 4 de la mañana ¿Por qué no vas a hacerlo? Hay muchas tareas y trabajos que te permiten ser un animal nocturno. Lo cierto es que los horarios fijos no benefician a nadie, todos tenemos claro que a los trabajadores no nos ayudan en nada pero ¿Habéis pensando que también son dañinos para la empresa? Para empezar, un trabajador amargado es un trabajador poco productivo y para seguir, la empresa le está pagando al trabajador por más horas de las que de verdad está produciendo.

La baja productividad de la vieja forma de trabajar

Estos dos lastres que acabamos de describir derivan en una baja productividad laboral. Los horarios rígidos y la obligación de acudir a una oficina atan a los trabajadores y los hacen ser desdichados. Según el libro de Blay  "Por qué no nos dejan trabajar desde casa" de las 8 horas que trabajamos en un oficina se desaprovechan ¡casi 4! Esto es un despropósito, no se puede llamar de otra manera. Los trabajadores vemos como nuestras vidas pasan de largo frente a nuestras narices mientras miramos fijamente la pantalla de nuestro ordenador y los empresarios no se dan cuenta de la cantidad de dinero que están tirando por el retrete. Pero ¿por qué ocurre esto? Los cafés a lo largo de la mañana, las distracciones, la procrastinación y la falta de un objetivo claro por parte de los superiores son algunos de los motivos.

Los mitos más extendidos de la vieja forma de trabajar

Échale horas, llega alto el que más trabaja, no salgas si no se ha ido el jefe, sé competitivo... Son algunas de las cosas que todo trabajador tradicional tiene instauradas dentro de su cabeza. La mayoría forman parte de la "sabiduría popular" pero, como ocurre muchas veces, la sabiduría popular se equivoca. La gente no es productiva por pasarse 8 horas delante de una pantalla, es productiva por cumplir objetivos y alcanzar metas. Volviendo a mi vivencia personal, nunca estuve más frustrada laboralmente que durante los meses que pasé en la redacción de la que antes os hablaba. Había días en los que literalmente no tenía nada que hacer, nada asignado, quizá había acabado todas mis tareas diarias y había repasado 20 veces un reportaje que saldría ese fin de semana ¿Qué leches hacía en la oficina? Perder el tiempo, eso era lo que hacía. [Tweet "La gente no es productiva por pasarse 8 horas delante de una pantalla, lo es por cumplir objetivos"] Otro error común es pensar que ser competitivo con tus compañeros es bueno. Un trabajador aporta más a una empresa cuando es colaborativo y no cuando es competitivo, pasar por encima de los demás no aporta nada a tu vida laboral y para la empresa es perjudicial un mal ambiente en la oficina. La competitividad debe reservarse para la competencia, un trabajador debe querer superarse a si mismo no a sus compañeros. Por último,  dejar claro que tienes derecho a salir antes que el jefe, siempre y cuando hayas cumplido con tus obligaciones.

Si estáis hartos de mi punto de vista, os dejo aquí un vídeo con la opinión de David Blay:

Dejemos atrás el antiguo régimen y empecemos a hablar de horizontes más esperanzadores :)

La nueva forma de trabajar

 la nueva forma de trabajar Cuando pienso en la nueva forma de trabajar no puedo hacer otra cosa que sonreír. Sonrío porque lo primero que viene a mi cabeza es el placer que siento al levantarme de mi cama, desayunar frente al televisor viendo las noticias matinales, darme una ducha rápida, ponerme ropa cómoda y comenzar a trabajar. Así es mi despertar diario, me levanto a las 8 y a las 9 estoy sentada en mi puesto de trabajo. Sin pasar por atascos ni medios de transporte público. No tengo que conducir durante la semana por lo que apenas gasto en gasolina y lo que es mejor, no me enfrento a situaciones estresantes y puedo empezar la jornada relajada. Vamos, que la nueva forma de trabajar supone decir adiós a todas las desventajas de la vieja forma de trabajar y darles un portazo en toda la cara:

Trabajar desde donde quieres

Puedes viajar, trabajar desde tu casa, en casa de un amigo o en una cafetería. Y cuando digo puedes, quiero decir que la gente lo hace y es recomendable. No estoy teorizando, yo lo he hecho, he trabajado en casa de amigos, he viajado sin dejar de lado mis responsabilidades laborales e incluso he realizado tareas rutinarias sentada en mi sofá. No me entendáis mal, no es que cada día busque una nueva localización para trabajar. Lo hago habitualmente desde mi casa, en mi escritorio dónde tengo todo lo que necesito a mano. Esa es la mejor forma de ser productiva. Pero, si me da la gana, soy libre de hacerlo desde dónde me apetezca. Por ejemplo, este verano un amigo nos invitó a pasar unos días en su casa (a unos 600 kilómetros de mi hogar) y no lo dudé ni un segundo. No tuve ni que pedir días libres, seguí trabajando desde su casa los día laborales que pasamos allí.

Organización del tiempo

Como decía Blay en el Webinar de este lunes, los que hicieron los horarios laborales, los de la escuela y los de los bancos no se pusieron de acuerdo en absoluto. Por ese motivo, poder recoger a tus hijos en el cole, hacer gestiones administrativas cuando quieras e incluso ir al supermercado de forma relajada se vuelven una verdadera odisea cuando tus horarios los marca tu empresa. Con la nueva forma de trabajar, te organizas como quieres. Eres tú el que marcas tus propios horarios lo que permite conciliar vida personal y familiar. Quizá eso sea lo mejor de ser freelance. Trabajar cuándo quieras y tener libertad para escoger tu rutina. Adaptar tu ritmo de trabajo a tu vida y no al revés.

 La nueva forma de trabajar no es sólo ser freelance

Está claro que el trabajo freelance es el mejor ejemplo que existe de la nueva forma de trabajar porque no dependes de nadie y eres tú el que decide tu horario, tu lugar de trabajo e incluso los proyectos que quieres abordar. Quizá sea el mejor ejemplo, pero no es el único. Es posible, (y de nuevo no estoy teorizando, está ocurriendo) implementar la nueva forma de trabajar en el trabajo por cuenta ajena, es decir, en una empresa con trabajadores fijos. La nueva forma de trabajar es un cambio de mentalidad global, las empresas más innovadoras saben que si ofrecen libertad de horarios, capacidad de trabajar de forma remota y facilidades a sus empleados, éstos serán más productivos. Y no sólo eso, todo el mundo querrá trabajar para ellos lo que les permitirá seleccionar al mejor talento para su empresa.

 Los falsos mitos de la nueva forma de trabajar

Es muy solitario, trabajas más horas por menos sueldo, en casa todo nos descentra, no se puede trabajar con hijos. Cuando oigo estos mitos sólo puedo pensar una cosa: que son escusas para no intentarlo.  La soledad no tiene nada que ver con el trabajo freelance, hay miles de personas que conocer en este mundo fuera del trabajo y los freelance también conocemos a gente interesante trabajando. No trabajas más horas por menos, si te organizas bien y cumples con tus objetivos. En casa nos descentra todo si queremos, exactamente igual que en la oficina. Y si crees que no se puede trabajar con hijos en casa te animo a leer este artículo sobre paternidad freelance en el que se muestran 3 historias reales. Vamos, que trabajar en casa es práctico y productivo si lo haces de forma correcta. Si estás pensando en dar el salto te recomiendo que leas el libro de David (ese que he nombrado en un par de ocasiones "Por qué no nos dejan trabajar desde casa"). Si después de leerlo no estás deseando trabajar desde tu domicilio no hace falta que renuncies a la nueva forma de trabajar. Sólo tienes que buscar un buen centro de coworking para disfrutar de todas las ventajas de trabajar freelance pero en un espacio independiente. La-nueva-vs-la-vieja-forma-de-trabajar-bannerY si lo tuyo es contratar en esta nueva modalidad, empieza ahora mismo y consigue propuestas para tus proyectos.

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